Poemas para Singular

Para que luego digan.

Para que luego digan que todo es falso,
que las gaviotas no merodean tus miserias,
que el peso de las palabras es de dócil intercambio.

Para que luego digan.

Las anclas no son para estos verdes.
No tenemos certidumbres ni manos
con las que tejer bizarras intrigas.

El mundo de los hombres está atrapado
en una espesa invención.

Pero hay amapolas que rugen en el misterio,
prisioneros que afilan su inocencia,
ventanas que abren otras ventanas,
ruinas que siembran de pujanza el verbo,
renglones que figuran con ternura
lo insobornable.

Para que luego digan
lo que les venga en ganas.
Todos decimos, todos maldecimos,
mentiras
y mentiras que no son mentiras.

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No pasa nada

Sobre la convulsión
de los elementos
que erigen nuestra causa
una capa fina
de apariencia sublime
conserva la compostura.

No pasa nada.

Mismidad, identidad, inmutabilidad.

No pasa nada.

Todo quieto en su quietud mas incierta,
aterciopelada y terroríficamente vana.

Estemos tranquilos.
no pasa nada.
El verso acecha,
impaciente y sincero
mientras nosotros
tragamos
y tragamos
y tragamos.

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Acondicionado

Las ocasiones son para el cobarde,
entre tu y yo, para el que no clama a la puerta,
para el que se esconde tras una sonrisa.

El osado ni siquiera se da por aludido.

Camino del fin
¿Hay que perder la cabeza por un poco de honestidad?
¿Es inocuo el castigo?

El diagrama de los sueños de Marty
así lo anunciaba:
"en condiciones impropias también florece lo propicio"

A menudo las rosas atestiguan en su favor.

(Un día en el campo
para abrir las objeciones
y mirar de lejos con calma las nubes
vagar en el viento)

Ando,
ando por la vereda,
con la corriente
cogiendo del horizonte
sus excepciones más humildes.

Estas vistas
que muestro no son más
que viles esbozos,
perspectivas mediocres,
que un día serán
pasto de otras esperas.

Los corazones aún rebosan.
Hay que soltar lastre.
La sorpresa todavía nos puede dar una vida.

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Puede perderse el amor

en el olvido,
entre las migas del mantel,
por la falta de uso
y sin querer
o por el querer de otro
y su influencia
y vete a saber
se confunden
los sentimientos
de un grano
una bola de nieve
de una bola de nieve
millones de granos
y una lágrima cae en la arena
inadvertida en el desierto
y así, de un día para otro,
casi sin notarlo,
cambian las cosas,
se tuercen los corazones
y puede perderse el amor,
el amor más íntegro y honesto,
el que nunca se perdería,
puede desaparecer sin más.

No olvidar,
Usuario: confianza
Contraseña: sin rencor

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Cuando los calcetines no llegan
a cubrirte los pies,
cuando las nubes no son grises o grises,
es hora de llamar la atención
y comenzar a fracturar autorretratos
con los claroscuros afilados
por la densidad demográfica.

Las salvedades titulan los diarios.
La ladera nos recibe, la pendiente
anfitriona nos abre las puertas de su ira.

Estamos todos invitados a brindar
y a sacudir con nuestra decoro
sus testimonios de falso cristal

Este rumbo no nos lleva a ningún lugar
y lo sabemos
pero cada día robamos algo de sus restos
porque hay que seguir y nos engañamos con muy poco más.

Es compleja la cadencia asincopada
de esta sutil maquinaria que no cesa de girar y girar y girar
a fuerza de empujones y buenas formas.

Como ellos, como tu,
tengo la calma llena de ropa sucia e intransigencia,
y si ellos, irresponsables, no claudican,
tampoco lo haré yo, mísero insignificante insecto.

Basta!

No me dejaré tragar.
No me convertiré en una souvenir más
de una tienda de los honores.

Llamaré a los ratos por su nombre
y juntos trazaremos un joven mosaico,
un ágil organismo,
más honesto y sensato, más sereno.

Los dedos están dispuestos.

Las noches en todas partes esperan nuestra osadía.

Las calles escucharán nuestra sangre.

Será palabra de todos.

No hay por qué alarmarse.

La verdad no nos ha cegado aún.

Las predicciones del mercado también son falsas.

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El tren aún no se ha ido.

Para volver
a la estación de las palabras
que huelen a mañana.
Si, estoy en camino,
contigo siempre.

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Llegaremos tarde

Llegaremos tarde
y con las uñas negras
y los dientes ávidos
y el hábito intacto.

El espectáculo ya habrá comenzado,
interrumpiremos la armonía,
hemos roto la paz (no confirmamos asistencia).

Nos dejarán entrar, brindarán con nosotros,
estoy seguro.

Somos como ellos,
y nos temen
y nos requieren.

Llegaremos tarde,
somos anfitriones
y no nos esperan.

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Entre la generosa y engreída vocación de la verdad y la escurridiza humildad de la mera opinión, en terreno de nadie, mejor guardo silencio, baldío y evito problemas.

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Están muy malas las cosas,
peor de lo que te imaginas
pero eso no es todo, poco puedes hacer,
quejarte quizá,
pero ni siquiera eso haces
porque sabes que podría llegar a ser aún peor.

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Perseguí el rastro de tu voz
hasta el acantilado y me faltó valor.

Ví como se amaban amables los juramentos hambrientos
bajo la luna mientras el telón de fondo
caía sobre la historia.

Fui testigo mientras se recortaba las uñas
del asesinato por la espalda de nuestro cruel gobernador.

Vi como el sol era sacrificado en aras del bienestar común.

Te sorprendí besándome los pies por un trozo de pan.

Allí donde estuve,
te vi tal como eres,
en las altas tierras del amor,
en sus abismos más viles.

Te conozco,
se de lo que eres incapaz
y te quiero.

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Para no volver
a ciertos aquellos,
para no adelantarme a otros menos originarios,
me quedaré ensimismado
recogiendo de puntillas
los trucos agrestes del estiércol;
en una mano, todo lo que amo,
en la otra,
la furia serena del aire.

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Mentiras

Mentiras que ningún ladrón
haya robado.
¡qué radiantes y atropelladas!
Esas que no mienten
en la calma de las tardes
tras el trasiego animal de lo menesteroso,
nos esperan.
Mentiras quiero para comer,
mentiras que me exilien
del horror y el honor
de otro miserable privilegio más.